El texto, firmado por el columnista y escritor David Ignatius, cita un estudio de la corporación Rand encargado por la Oficina de Evaluación del Pentágono, tiene el objetivo de evaluar la posición competitiva de Estados Unidos frente a una China en ascenso.
De acuerdo con el análisis, la posición competitiva de EEUU "se ve amenazada tanto desde dentro (por la ralentización del crecimiento de la productividad, el envejecimiento de la población, un sistema político polarizado y un entorno informativo cada vez más corrupto) como desde fuera (por el creciente desafío directo de China y la menor deferencia hacia el poder de Estados Unidos por parte de docenas de países en desarrollo)".
"Estados Unidos podría estar tropezando hacia un declive del que pocas grandes potencias se han recuperado. Dispone de muchas de las herramientas de recuperación nacional, pero aún no tiene un reconocimiento compartido del problema y de cómo solucionarlo", apunta el análisis.
Según el estudio de Rand, este declive se está "acelerando" y a menos que los estadounidenses puedan unirse para identificar y solucionar estos problemas, se corre el riesgo de caer en una espiral descendente.
"La recuperación de un declive nacional significativo a largo plazo es rara y difícil de detectar en los registros históricos", señalan los autores de Rand. Ignatius pide pensar en Roma, en la España de los Habsburgo, en los imperios otomanos y austrohúngaro, o en la Unión Soviética.
"Cuando las grandes potencias han perdido una posición de preeminencia o liderazgo debido a factores internos, rara vez han invertido esta tendencia", afirma el estudio.
De acuerdo con el análisis, entre las causes del declive de EEUU los autores de Rand citan la adicción al lujo y la decadencia, incapacidad para seguir el ritmo de las demandas tecnológicas, burocracia "osificada", pérdida de virtudes cívicas, sobrecarga militar, élites interesadas y beligerantes y prácticas medioambientales insostenibles.
Como reto para revertir esta decadencia, el estudio de Rand sugiere reconocer los problemas, adoptar una actitud de resolución de problemas en lugar de una ideológica, tener buenas estructuras de gobierno y mantener "el compromiso de las élites con el bien común".
"El mensaje de este estudio es a todas luces obvio. Estados Unidos se encuentra en una pendiente descendente que podría ser fatal. Lo que nos salvará es un amplio compromiso, empezando por las élites, para trabajar por el bien común y el renacimiento nacional. Tenemos las herramientas, pero no las estamos utilizando. Si no podemos encontrar nuevos líderes y acordar soluciones que funcionen para todos, estamos hundidos", concluye Ignatius.
En medio de múltiples guerras por poderes y una deuda de 34 billones de dólares muchos empiezan a darse cuenta de que la política exterior estadounidense se ha convertido en una práctica de "incompetencia e insensatez", declaró a Sputnik el activista y académico Antony Monteiro.
"El mundo está cambiando", explica Monteiro a tiempo de agregar que "el imperio y el imperialismo estadounidense están en declive. Y no pueden hacer otra cosa que crear crisis donde no las había".
En las palabras de Monteiro, la política de EEUU hacia Cuba ha culminado en el aislamiento mundial de Washington, no de la nación caribeña. El experto señala que eso forma parte de una tendencia más amplia de las políticas estadounidenses que lo aíslan del mundo, y menciona el conflicto palestino-israelí, la "rápida desdolarización" y la injerencia en África.
"Al fin y al cabo, todo es una manifestación de un imperio en decadencia, del desmantelamiento, como indicó Martin Luther King Jr. en su famoso discurso, del mayor proveedor de violencia del mundo", subraya.
"Estamos tratando con una clase dirigente que ha perdido la cabeza, una clase dirigente que se ha vuelto tan patológica que [es] no solo un peligro para el resto de la humanidad, sino que son un peligro para sí mismos y para esta nación", continúa.
Monteiro también señala que el aumento de la depresión y el suicidio es otro reflejo del futuro cada vez más sombrío de Estados Unidos. En sus palabras, "los dirigentes han confundido al pueblo de este país hasta el punto de que el pueblo no ve futuro ni salida a este dilema y a las paradojas creadas por la política interior y exterior de esta clase dominante".
"Y tenemos que usar ese lenguaje: la clase gobernante. Tenemos que llamarlos por su nombre", agrega. Monteiro plantea que la élite está motivada por "ganar dinero con los gastos de guerra" y añade que "crear el caos" es su única estrategia para mantener lo que queda de la hegemonía estadounidense, también describió a la clase dirigente como "un grupo de personas tan apartadas de la humanidad que han perdido la cabeza".
El activista concluyó que son personas que "deben ser eliminadas de cualquier instrumento de poder social, político y económico del país. Son un peligro para la humanidad".